Molly tiene un mensaje importante que decir.....dona a Nepal¡¡ |
Después de despedirme de Eva, me dirigo a la estación de tren para dirigirme a Pamplona donde engancharé con el camino de santiago frances para seguir las conchas y flechas amarillas que me llevarán una vez mas a la catedral de Santiago.
Llego a Pamplona y voy hacía el albergue de peregrinos de la ciudad para conseguir mi credencial, requisito imprescindible para acreditar mi condición de peregrino y poder dormir en los albergues.
El estado poco ciclable del camino, no apto para el tipo de bici que llevo aun encima con la cantidad de kilos que cargo, unido a que vamos en continuo ascenso, me hacen salir de la senda y meterme en carretera. A los pocos kilómetros comienza a soplar bastante fuerte un viento racheado y a llover, pareciera que el tiempo se había vuelto loco,. Al ver qué avanzaba poco y me tocaba una subida bastante pronunciada, decido parar en el bar de un pueblo a comer algo y esperar si se calmaba el temporal.
Mientrás me como mi bocata de chistorras en el bar, dicen en la tele que en el norte de España estamos sufriendo una ciclogénesis explosiva (suena a fin del mundo) con temporales de lluvia y viento... Vaya recibimiento.
Después de dos horas esperando sin que me diera tregua el viento y la lluvia, me armo de valor y decido seguir, solo llevo 25 kms y son las 15.00. En momentos tengo incluso que bajar de la bici y empujar debido a la imposibilidad de pedalear a causa del fuerte viento.
Cansado y con pocas ganas de pedalear más, llego a Estella y me quedo en el albergue de peregrinos público de Estella. Espero que mañana se haya ido la maldita ciclogénesis.
A la mañana siguiente, parece que el mal tiempo nos ha dado una tregua, pero ...... al rato de estar pedaleando, vuelve el viento y ratificando la ley del dichoso Murphy como no podía ser de otra manera en contra jajaja¡...Tomando mis propias palabras me lo tomo con filosofía, paciencia y humor.
Después de tres horas pedaleando, dejar las montañas de Navarra y adentrarnos en los campos llenos de viñedos de La rioja, entramos en Logroño y parece que el temporal nos da una tregua. Por aquí las sendas y los caminos son bastantes ciclables y agradables así que dejo de lado la carretera y acompaño a los peregrinos por el trazado original del camino frances.
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